Lloro mi cuerpo
que ya no es mío,
que me abandonó
hace tiempo,
O yo lo abandoné a
él, a su suerte ,
y ahora me quejo
de su quejumbrosa compañía.
Lloro haber
perdido el dominio de mis dominios
Y no saberme
altiva, como en otro tiempo
Y mientras, ella,
no sabe que la miro
y se mueve impávida sin más ataduras que la de
su espíritu
Y yo, la miro y la
miro,
y mis manos se van tras sus formas simulándola
en el aire
Y mis piernas se
tensan temblorosas marcando saltos al vacío
Y contengo la
respiración en una pirueta
Y suda mi frente el sudor de su espalda
Contraigo el
abdomen, tuerzo la figura,
Y dentro me grito:
Por dios, si soy
yo!!!
Si ella soy yo!!
Esa Isadora soy yo!!!,………………………………
Y caigo en el piso
derrumbada………… porque sé que nunca podré volver a volar
Y la envidio
Y la celo
No sé quién es ,
no me importa saberlo
Es una gacela danzando
que hace lo que yo
ya no puedo
volar con alas en
los pies,
alzando vuelo como
una gaviota
volar al compás de
sus deseos,
contonearse
lujuriosa como una Venus desafiante
a las miradas
obscenas del lado oscuro del deseo
de mi deseo.
Envidia, hoy
envidio su arte, su soltura, sus posturas,
La música que
sueña para ella
Que la mece, la
acaricia, la embelesa,
Hoy, es lo que yo
fui
Y no sé mirarlo de
otra manera
Liliana Tavío
Aguilar©Julio 2011
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