"Decir"sentimientos


A veces se hacen pocas las palabras cuando se quieren “decir”sentimientos, y no se abarca todo ese universo que se quiere y se necesita expresar; otras veces no se puede exorcizar las emociones que nos estrangulan el alma , y a solas, en el acto más íntimo que una puede tener consigo misma, cuando la poesía adquiere ese matiz de eterna confidente, y su verbo es el tuyo, ahí se queda plasmado, compartido con el mundo lo que somos, la poesía se hace voz, nos desnuda y nos devuelve a nuestros orígenes eternos, al corazón del universo.

sábado, 9 de febrero de 2013

EN EL MISMO ESPACIO SIN CUANTIFICAR


 

Quien puebla los sentidos que transpira  mi piel

cuando la locura asalta el pentagrama de la tarde

vistiéndola de etiqueta para aguardar la noche,

fiel alcahueta de un amor sin nombre ni estrella ganada.

Quien puebla los sentidos adormecidos,

en el vaivén de los años que miran sin arriesgar nada,

la paz de los días acompañados,

preparando en la misma noche

la bienvenida en el calor del hogar,

a la quietud de la dicha creada,

sin sobresalto,

sin lluvia torrencial

sin viento que acontezca,

sin nada.

No hay sosiego que redima la dualidad

que conforma la llegada de la noche

La imaginación que se escapa por la ventana

viviendo el último acorde

de la banda sonora de Memorias de África

al tiempo que el ulular de un búho en el tejado

te devuelve a la realidad de tu existir.

Y mientras en el espacio sin cuantificar,

las imágenes engendran sentimientos indefensos,

inermes de verdades inventadas,

y se deslizan las manos sin identidad

en la oscuridad pagana

que se cierra en esa espiral deseada en el centro de mi misma,

para saborear la noche en sorbos íntimos de vino dulce

que me lleven el borde de su boca fantaseada.

Y mientras en el espacio sin cuantificar,

la caricia derramada inunda los segundos de un tiempo acunado

en la melodía de las olas constantes

que hasta mi orilla regresan cada tarde

conformando la silueta de la playa,

donde habito mi existencia.

No existe ideario que ponga nombre o fin al sentimiento

No existe doctrina que adoctrine el aire

Ni puertas que cancelen el viento

Ni fuego que apague el agua del mar

Sin embargo cada tarde espero con ansias que igualmente

las olas lleguen hasta mi playa para adormecer mis sentidos

y devolverme la paz y el equilibrio.

Liliana Tavío Aguilar©Febrero 2013

4 comentarios:

  1. La dualidad entre la realida y el sueño. Y quizás la necesidad de deslindar sus espacios sin que se toquen, y eso en si mismo ya es tormento y dolor. me gusta leer tus introdpecciones, que tienes la habilida de expresarlas tan perfectamente. un beso.

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    1. Me alegro que te gusten porque son eso, introspecciones con algún fin que nunca consigo...gracias por venir.

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  2. Estoy mirando cómo la noche abraza a un pueblo, ahora mismo. Son la una y cincuenta y nueve de la madrugada exactamente y lucho contra ese otro ser que conforma mi yo. Y no sé si soy yo o soy el otro, en ese desdoblamiento que mi esquizofrenia nocturna confunde. No sé si soy yo el que vuela a través de la ventana en busca de sueños, o es el que sueña en la quietud de la cama el que realmente vive. Como ves, mi esquizofrenia es aguda, pero es que estas horas son las horas en las que los sentimientos se adhieren a la yema de mis dedos, que quisieran acariciar; a mis labios, que quisieran besar; a mis ojos, que quisieran dormir.
    Después de releer esto que he escrito dudo de si mi esquizofrenia es real, pero no quiero borrarlo porque ha sido mi breve momento de acompañarte en la noche. Un beso.

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    1. Bienvenido en la esquizofrenia de tu noche, a veces , después de leerte y releer mi poema, me parece llegar a una conclusión simplista pero no por ello fácil de seguir, y es que tal vez la esquizofrenia acabaría si nos diéramos la posibilidad de admitir que somos ambos "yo", el que sueña y el que yace en la cama soñando, pero para ello, es necesario darle alas al soñador y dejarle vivir sus sueños, al menos de vez en cuando, y dejar que el otro, siga siendo el anclaje de esa realidad que merecidamente nos hemos construido, porque sin sueños tampoco la hubiésemos alcanzado, lo que tenemos es el fruto de sueños de antaño, pero ahora hay otros, no menos nobles que aquellos que nos ayudaron a construir lo que ahora tenemos. Un beso Benjamín, cuánto me gratifica verte por aquí, y a esas horas intempestivas que te llevaron hasta mi mundo

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