Hoy
puedo
transgredir
el silencio a base de gemidos,
gemidos
que son lamentos,
lamentos que vuelven de ser quejas
quejas
que se irán en el olvido.
Hoy
puedo
penetrar
el mundo
con la
mirada azabache de la noche
y espiarte
entre velos de humos
para
ver como se teje el dolor de la soledad ajena.
Hoy
quiero,
Chasquear
los dedos en el oído de la vida
sacarla
de su trance hipnótico
para
que te mire de frente y te tienda la mano.
Puedo
ser, aire… soplado
La luz… de una linterna
La voz
de una conciencia… que no es mía
Un
cuerpo prestado
Un
cuerpo que presto
Una voz
que no grita mi grito
Soy una
hoguera que no quema
Un mar
sin sal
La mar
que no tiene olas
Una
poeta que no es poetisa
Porque
hay quién dice que hay que nacer rimando
para
serlo,
Y yo no
lo hice
no supo
la matrona que mi primer llanto
fue mi
primera poesía
No
muero,
no
tengo ganas ni fuerzas para hacerlo
No
vivo,
me
viven de alguna manera
Vengo
corriendo de no sé dónde
pero ya
no lo hago aunque diga tener prisas
Los
rastros en el mar aventuran mis pasos
y yo
los sigo un tanto a la deriva
siguiendo
sólo la estela que ha dejado
el paso
de tu vida por la mía.
Liliana Tavío Aguilar©Agosto 2013
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