Será
esta noche
cuando junto a la orilla del sueño
mi
cuerpo se arqueé
esperando
tus caricias
y mis
caderas se entreguen
a la
profundidad desnuda de tus deseos
Serán mis
entrañas
refugio de la espuma de tus mares
que a
mi continente llegan abrazando mi orilla.
Será esta
luna de agosto
única
testigo de aquel paisaje olvidado
entre medio
de los siglos
Donde un
conjuro maldijo
con
dolor y sacrificio
lo que
tu alma y la mía
eternamente
sufrirían.
Muera yo
bajo el mar
de mis
grandezas vencidas ,
bajo el
peso de los pájaros suicidas
que
desafiaron la quimérica cordura
en las
jaulas de la buenaventura fingida.
Hoy
solo la brisa que mi imaginación anhela
teje
con sal y la bruma helénica
el
holograma de tu piel
de
regreso a la mía.
Vísteme
con tu aliento de estrellas
insufla
en mi corazón el hálito de tu recuerdo
Arranca
las manos que tapan mis oídos
para
que pueda escuchar el girar de la llave
en la
habitación de mi memoria dormida
y pueda
reconocerme en ti
bajo la sombra del ciprés
en el que
en esta vida te has convertido.
Figura y
sombra – al fin-
de un
mismo destino.
Liliana Tavío Aguilar©Agosto 2013
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