Él la
alzó al vuelo atrapándola entre sus brazos, en un impulso vehemente, que la
aplastaba contra la pared de ese cuarto. Ingrávido en el aire, su cuerpo
resbaló lentamente rosando su torso hasta la altura de sus labios, exhaló su
aliento por última vez, las musas virtuales solo tienen vida hasta el amanecer.
El sol despuntaba al alba, la noche de pasión acababa, y ella se disipó entre
las brumas, mientras sus manos quedaron abrazadas a su propia alma.
Liliana TavíoAguilar©2012
Hola Liliana. Ayer descubrí tu poesía a raíz de que pasaras por Poesía de mujeres.
ResponderEliminarMe gusta tu escritura. Tienes algo...Un don...
Pasa por mi blog personal. Te he escrito unos versos.
Abrazos
Ana
http://www.laberintodelluvia.com
Ya paseé por tu blog, es una delicia, muchas gracias por tus versos, sentí que hasta me conocías de tiempo, un beso
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