¿Dónde
la huella iluminada?
Cada gota
de lluvia cubriendo sus pasos
Para dejarla
sin retorno posible
La tierra
se volvió asfalto
Y sus
pies descalzos se han perdido
No hay
linderos
No ha
caminos
Páramos
desconocidos
Desorientada
en su propia cordura
Mira perpleja
lo que no reconoce
Sabe que
algo ha perdido
Pero no
recuerda qué ha sido
Mira sin
mirar
Toca sin
palpar
Y una veta
de extrañeza
ensombrece
su mirada
Asustada
sin tragedia
Mira al
mundo sin comprender nada
Y se
sienta a esperar al tiempo
Como si
algo o alguien le trajera
Por alguna
promesa que tal vez le hicieran
Y que
tampoco recuerda
Su
cabeza se ha vaciado de recuerdos
Su corazón
se empeña en no perderlos
Y vive
cada día sentada en su banco
Vestida
de blanco,
Esperando
al tiempo…
Liliana Tavío Aguilar - Septiembre 2013
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