"Decir"sentimientos


A veces se hacen pocas las palabras cuando se quieren “decir”sentimientos, y no se abarca todo ese universo que se quiere y se necesita expresar; otras veces no se puede exorcizar las emociones que nos estrangulan el alma , y a solas, en el acto más íntimo que una puede tener consigo misma, cuando la poesía adquiere ese matiz de eterna confidente, y su verbo es el tuyo, ahí se queda plasmado, compartido con el mundo lo que somos, la poesía se hace voz, nos desnuda y nos devuelve a nuestros orígenes eternos, al corazón del universo.

sábado, 11 de octubre de 2014

LA PÁGINA DE UN DIARIO

Salpicaron mi infancia con esporas de mis raíces para que no las olvidara,
la letra de un tango colgada a mi cuello como la medallita eterna de mis orígenes;
los pasos efímeros de un baile sobre los pies de un abuelo donde el tango era la religión que no profesaba a otro Mesías  que no fuera un Carlos Gardel inmortalizado.
El olor al mate de la mañana, las medias lunas esperadas en la tarde cuando la tía Betty venía fielmente a enseñarme los colores en inglés, con el cuentito del "subte" que me compraba para que empezara a leer antes de ir a la escuela.
Y la abuela enseñándome a danzar el Danubio Azul con los vinilos pesados de aquel tocadisco que a saber como llegó a casa. Y girábamos desde mi sonrisa llena y su mirada aireada y seria sobre mi cabeza, que no le llegaba aún al ombligo, dándole al baile la solemnidad que mi abuelo solo le otorgaba al tango, y que bajo su mirada el vals solo alcanzaba la categoría de subalterno para contrariedad de mi abuela. Pero yo disfrutaba ese enfrentamiento porque me beneficiaba de ese esmero de cada uno por enseñarme lo mejor que podía de su afición o su religión a esta vida.
Y la infancia pasaba en bañera esmaltada de tranquilidad para que no supiera que las ausencias marcaban diferencias. Pero mi gato blanco, sabio por naturaleza, guiñaba los momentos en que la veta de tristeza asomaba en mi mirada, y descubría la verdad, y respondiendo a su misión en esta Tierra, restregaba su cabeza en mis labios, guardando mis sueños por las noches a los pies de mi cama.
Recuerdo el viejo árbol de un jardín compartido, al que no me dejaban trepar porque era muy pequeña y yo lo miraba cada que cumplía años, y me decía "ya falta menos para que te suba", pero no me dejaron cumplir mi promesa, y me arrancaron de su simiente antes de cumplir esa edad en la que tal vez ya era lícito trepar para una niña. A cambio le dejé a Diana, mi tortuga de tierra que se escondió a hibernar sin saber que nos íbamos y que no había tiempo de espera para otra primavera, siempre imaginé que Diana se iba a encontrar perdida cuando saliera de su escondite y no me encontrara, siempre sentí que mi gato, Monito, no entendería porqué le abandoné en un refugio después de darme su vida entera, porque a su edad, su corazón no iba a resistir la travesía en barco a otra vida que me esperaba allá en el horizonte que nunca terminaba, y fue entonces cuando él también se convirtió en ausencia.
Qué corta era mi vida para ya dejar atrás tantos recuerdos.
Y me convertí con los años en tanatoesteticista, maquillando recuerdos que mantuvieran la frescura de la vida que en aquellos momentos era capaz de atesorar.

LilianaTA©Octubre2014

¿ASÍ SOMOS O ASÍ VIVIMOS?

¿Quién corre más fuerte?
¿importa la rapidez
o la constancia?
¿Importa la meta
o el placer de correr?
¿importa el trofeo
o el triunfo?
¿le importa al caracol
saber que corre con la liebre,
la tortuga y el jaguar
si solo de correr se trata?
Para deleite de quién se organiza la carrera?
Quién pone las normas
quién sanciona por ellas
Quiénes son testigos
de tan importante evento
¿Hay apuestas en el juego?
Pierde algo el que pierde
gana algo el que gana?
Y los que miran y opinan
¿qué sacan?
En el bosque del absurdo alguien celebra una carrera
cada año, cientos se apuntan,
cientos acuden a verla,
nadie sabe a dónde  llega
nadie cuestiona
que tradición se esconde en ella
pero todos asisten
como si de su propia vida fuera.
LilianaTA©Octubre2014



BARCO DE PAPEL


Agarrada al mástil de este barco de papel de escuela
me alzo en alta mar al unísono del soplar de la vida
no hay olas ni ventiscas que me asusten
solo la brisa suave y melancólica
de seguir la travesía a donde deba.
Y en aquella orilla veo las manos levantadas de mis sueños
de los cumplidos
de los perdidos
de los ignotos.
Veo el rostro de mis seres queridos
entre las brumas del ayer, de hoy y del mañana
Sentí la humedad en mi pecho
creí llorar desde mis ojos
con esas lágrimas suicidas que se lanzan al vacío,
pero era la sangre de mi alma
claudicando
tiñendo la nada .
Quise llorar de verdad,
quise gritar para despertar
pero ya era tarde,
el sol del ocaso había empezado a quemar el barco de papel
y yo,
parte de mi propio equipaje
ardía con él.
El soplo de la vida
me desintegró en las cenizas cuadriculadas
del cuaderno de primer curso de primaria.
A qué otro mar me llevaría?
qué otras colinas llegaré a acariciar?
que nuevo azul voy a mirar
al amanecer de otro otoño cualquiera?
Serviré para el nido de algún pájaro?
cegaré a tiempo el ojo que debe ser cómplice de un guiño inesperado?
O moriré bajo la gota de la lluvia de verano
cuando en torrente quiera recordar
que hasta en el desierto todo está concertado.

LilianaTA©Octubre2014




REBUJATO MENTAL


Mantengo la necesidad a veces misteriosa de mantenerme aquí. Los propósitos siempre existen, los motivos a veces se hacen esquivos y otras se disfrazan para darle más glamour al día. A veces tienen la facultad de volverse invisibles, otras se confunden con la cotidianeidad del propio respirar que justifique que se está vivo o viva. Cada ser en este Universo cumple una función, nada absolutamente nada, está fuera de un orden, incluso el libre albedrío está pactado en algún punto de inflexión ignorado, pero necesario.
Me gusta la originalidad, o seguramente a mi ego, por ese sentimiento que alberga de querer ser distinto, y no voy a repetir preguntas manías con una trascendencia harta descrita pero incomprendida, porque si no, no seguiríamos cuestionándolas generación tras generación; filosofar es bueno, creativo, instructivo, potenciador de la evolución de la raza humana, pero es evidente que tampoco nos ha ayudado mucho en esa "evolución" pretendida, e incluso a veces, teniendo el efecto contrario, nos ha paralizado por épocas.
Como nada es fortuito ni gratuito, me pregunto el porqué de esta simple reflexión y el querer compartirla, ¿busco una palmadita virtual que me diga : -ánimo, "chica", que somos muchos en esa brega- , ¿busco que alguien me transfiera su fe en algún dios omnipresente, más allá del que albergamos dentro y me tranquilice susurrándome al oído de mi conciencia: - tranquila, todo marcha como debe -.
Yo, el ser humano con su obsesión de querer entenderlo todo, someterlo todo al control del entendimiento, forzando incluso razones que nos ayuden a disipar dudas que sencillamente calmen nuestra ansiedad y desamparo.
Me digo: "Qué ínfimos somos y qué grandes podemos ser!!,
Y me pregunto: ¿Porqué buscamos fuera lo que solo tenemos dentro? ¿y porqué solo sabemos mirarnos el ombligo cuando de ponernos en primer lugar del sufrimiento humano se trata( nosotros como víctimas, claro), por ese egocentrismo infantil del que nos cuesta separarnos pero no lo hacemos para hallar la solución de nuestros conflictos, personales y por ende, sociales, sobre los que siempre esperamos que la solución venga dada desde fuera?
Buéh...les dejo este garabateo sin más objetivo que ser...eso, un rebujato mental..mas...
Buenas noches..

LilianaTA©Octubre2014