Agarrada
al mástil de este barco de papel de escuela
me alzo
en alta mar al unísono del soplar de la vida
no hay
olas ni ventiscas que me asusten
solo la
brisa suave y melancólica
de
seguir la travesía a donde deba.
Y en
aquella orilla veo las manos levantadas de mis sueños
de los
cumplidos
de los
perdidos
de los
ignotos.
Veo el
rostro de mis seres queridos
entre
las brumas del ayer, de hoy y del mañana
Sentí
la humedad en mi pecho
creí
llorar desde mis ojos
con
esas lágrimas suicidas que se lanzan al vacío,
pero era
la sangre de mi alma
claudicando
tiñendo
la nada .
Quise
llorar de verdad,
quise
gritar para despertar
pero ya
era tarde,
el sol
del ocaso había empezado a quemar el barco de papel
y yo,
parte
de mi propio equipaje
ardía
con él.
El
soplo de la vida
me
desintegró en las cenizas cuadriculadas
del
cuaderno de primer curso de primaria.
A qué
otro mar me llevaría?
qué
otras colinas llegaré a acariciar?
que
nuevo azul voy a mirar
al
amanecer de otro otoño cualquiera?
Serviré
para el nido de algún pájaro?
cegaré
a tiempo el ojo que debe ser cómplice de un guiño inesperado?
O
moriré bajo la gota de la lluvia de verano
cuando
en torrente quiera recordar
que
hasta en el desierto todo está concertado.
LilianaTA©Octubre2014
Como todo cuanto escribes es hermoso.
ResponderEliminarQué linda sorpresa encontrarte aquí, amor. Gracias por dejarme tu flor..
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