Uno…dos…tres
Arrastra los pies encadenados.
Tres pasos de un mismo andar
que se pierden en la senda de la traición y el desespero.
Uno…dos…tres
Siguen los pies encadenados
pero no llega su alma a imaginar
que es ese el camino del sosiego.
Tres pasos,
y la alquimia del sabor amargo en el reflejo de las aguas .
Palabras,
sublimes,
que pesan en la mirada desconsolada
de quién tiende la mano
pidiendo limosna,
mendigando verdades
a cambio de quimeras.
Tres pasos hacia el infierno
Tres pasos hacia la eternidad
Tres pasos huyendo de la mentira
Tres pasos desgajándose la ingenuidad
A tres pasos de la gruta de las lágrimas secas,
Penélope corta su cabellera
ya no quiere traficar con su belleza,
no hay moneda de cambio que pague su espera,
se olvidó de vivir
y es muy poco lo que le queda.
Palomas sin alas,
Cuervos sin cabezas,
Águilas sin garras,
No hay cerros que coronar camino del destierro,
solo le queda el castigo de reptar sobre su vientre herido,
ser lo que le ha quedado ser
la serpiente maldita del paraíso.
Liliana Tavío
Aguilar©Mayo 2013
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