"Decir"sentimientos


A veces se hacen pocas las palabras cuando se quieren “decir”sentimientos, y no se abarca todo ese universo que se quiere y se necesita expresar; otras veces no se puede exorcizar las emociones que nos estrangulan el alma , y a solas, en el acto más íntimo que una puede tener consigo misma, cuando la poesía adquiere ese matiz de eterna confidente, y su verbo es el tuyo, ahí se queda plasmado, compartido con el mundo lo que somos, la poesía se hace voz, nos desnuda y nos devuelve a nuestros orígenes eternos, al corazón del universo.

domingo, 20 de abril de 2014

Y TU GUITARRA...

…y tu guitarra le habló a mi corazón,
Un acorde vibró en el instante que un latido buscaba un destino
Mis ojos hipnotizados bajo los guiños de sus cuerdas
Empezaron a bailar en la penumbra de tu encanto
y surgió el cortejo de nuestras almas.

LilianaT@Marzo2014

DIALOGANDO CON EL HORIZONTE

Dialogando con el horizonte
hablamos de la inmensidad de sus azules,
extasiada en su belleza
me dijo que no me engañara
que no habían colores
que certificaran sentimientos
en la profundidad de sus aguas.
Que los básicos servían puntualmente
pero a la mayoría se aprendía a someterlos.
La tristeza con su paleta de grises,
matizando azules plateados
La alegría que llega a palidecer
a los amarillos hambrientos de dicha
La ira enrabietando los rojos perfilados del amor
La traición de un verde
emanando la serenidad de una vida comprada
La profundidad de un añil abismal
donde la luz no puede llegar
Los tonos violáceos desteñidos
de un atardecer solitario y huraño
de amores fracasados.

Maquillar la Tierra era a veces su función,
- me dijo-.

Dialogando con el horizonte me contó que en la otra orilla
no se veían los mismos tonos
que en ese justo momento mis ventanas observaban,
que otros ojos se miraban en sus aguas
y no era paz lo que encontraban,
que en otro lugar era su coz de agua embravecida
la que lastimaban las costas,
que sus entrañas abrigaban
temores de marineros titulados
que otros sin cualificación,
deseosos,
trataban inútilmente de atesorarlos.
Que todo en él podía ser
y dejar de serlo,
que la vida y la muerte
son el encuentro perpetuo de cada ola jadeante
que estallan en su seno.

Mientras mi coche transita paralelo a su línea,
me llama,

susurrando a mi oído las historias que no veo,
y me llama
seduciéndome salvajemente con sus colores de gala,
pero le digo que me espere
que algún día me fundiré con su ansiado elemento.
pero mientras mi amado me espera
y debo ir a su encuentro.
LilianaT@Abril2014