Arropo
mi cara con mis manos
y huelo
a tabaco perfumado,
…qué
raro,
yo no
fumo…
Huelo a
café recalentado,
huelo a
frías tardes de invierno,
pero
hoy es verano .
Una neblina calurosa enturbia el sentido de mi
vista.
Me
pareció verte al otro lado de esa cortina
Tu
silueta improvisada
y una
sonrisa cautiva
Cerré
los ojos,
te di
la mano
y me
adentré en tu mirada.
Esperaba
tu regreso - me dijiste-,
Y la
emoción hizo gala de su atuendo
desde
algún rincón remoto del alma,
atrapada en las manos de ausencias milenarias.
Dame de
beber de tu savia
mézclala
con la mía
Otórgame
un momento de gloria
que la
luz me invada nuevamente,
……un
segundo…
……solo
eso,
para
continuar mi destino.
Deja de
ser leyenda en mi recuerdo dormido
Déjame
tocar tu herida
y acariciar tu
sangre
para
saber que has venido.
Revélame
lo que he decidido
Justifícame
a mi misma
Y luego
llévame contigo
….un
segundo,
……por
favor,
………solo
un segundo…
Y que sea el segundo más largo e intenso de esta
vida,
el que
cierre
…Esa
maldita herida!
……Esa
maldita ira!
………Esa culpa maldita!
Esa que
me invade,
anegando
mis vaguadas,
con
llantos sin inicios,
con
cenit sin final.
...
llorando en silencio el silencio que amordaza
mis súplicas
de morir por fin en paz
aún a
sabiendas que eso no fue lo convenido.
Liliana
Tavío Aguilar©Julio 2013